La toxicología es probablemente la rama más heterogénea y apasionante de la medicina. Los tóxicos, en número y potenciales efectos, y la respuesta individual, representan posibilidades infinitas de presentaciones clínicas que retan al médico a un trabajo acucioso y detallado para llegar al diagnóstico.
A pesar de parecer un problema de actualidad, existen evidencias desde la Prehistoria, en la que los venenos de plantas y animales eran utilizados para la caza, la guerra y el asesinato. Gula, de la antigua Mesopotamia, fue la primera deidad asociada con los venenos en el año 4500 a.C. Sin embargo, las primeras referencias escritas en un tratado médico provienen de Egipto, alrededor de 1500 a.C., en el Papiro de Ebers. En él, los egipcios muestran un gran conocimiento de la anatomía y la fisiología del cuerpo humano y hacen referencia a la toxicología y los hechizos. Se mencionan tóxicos como la cicuta, el opio, el plomo, el cobre, la belladona y la digital. Homero escribió cómo Ulises preparaba sus flechas con veneno de serpiente en 850 a.C. Existen casos célebres en la historia de la toxicología, como la cicuta que fue utilizada por el estado griego para ejecutar a Sócrates en el año 399 a.C.; Cleopatra, quien se suicidó con veneno de cobra en el año 30 a.C.; y la utilización de venenos por parte de la maquiavélica familia Borgia como método de asesinato de los esposos de Lucrecia, durante el Renacimiento italiano, entre otros.
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A partir de los siglos XVIII y XIX la toxicología tomó forma como una ciencia independiente y se desarrollaron textos y tratados. En ellos se evidenciaron los efectos adversos de algunas drogas y venenos en lo individual, y grandes catástrofes toxicológicas, como el uso de la talidomida a fines de la década de 1950 y principios de la de 1960.
Actualmente existe una gran disponibilidad de medicamentos de patente para el tratamiento de diferentes enfermedades. Todos estos medicamentos son avalados por la información del laboratorio productor y publicados para el conocimiento de los médicos y pacientes, acerca de sus efectos adversos, interacciones con otros medicamentos y antídotos en caso de sobredosis. Será responsabilidad del médico que los utilice informarse de la dosis correcta, del grado de toxicidad y de advertir al paciente acerca de los signos de alarma derivados de su uso.
Probablemente el mayor reto se encuentra en las sustancias utilizadas en forma recreativa, dado que no sólo se genera confusión por los múltiples sinónimos del nombre de acuerdo a su denominación popular geográfica, sino que se combinan drogas o vehículos utilizados para su mejor absorción o para potenciar su efecto (con lo que se “cortan”). Otro gran reto para el clínico son los productos “naturales”, utilizados cada vez más como complementos alimenticios, productos antienvejecimiento o antioxidantes que son consumidos por automedicación, prescritos por personas sin preparación farmacológica o sin fórmula farmacológica del contenido.
Como parte del espectro de la medicina, probablemente el conocimiento detallado de la toxicología sea un arma indispensable para el clínico que enfrenta a pacientes con síntomas y signos vagos que normalmente se minimizan o desprecian, cayendo en un subdiagnóstico de situaciones que pueden poner en riesgo la vida o que constituyen un riesgo para su entorno. En la medicina de urgencias se debe agregar el factor tiempo, por lo que el reconocimiento del tóxico y la intervención terapéutica oportuna son directamente proporcionales al pronóstico del paciente. En un esfuerzo por agrupar los tóxicos en presentaciones clínicas y facilitar el tratamiento se han creado y descrito los toxíndromes. Los departamentos de urgencias pueden ser el lugar de detección y registro de un problema de salud pública tan actual como las toxicomanías.
Este manual no está dirigido al experto en toxicología, sino al médico no experto que en su práctica diaria colabora en la atención de personas con posibles intoxicaciones. No se pretende hacer una revisión detallada de la nosología y la farmacología de cada agente, sino proveer al médico una guía rápida para la identificación y el tratamiento oportuno de las intoxicaciones más comunes. Sería muy ambicioso tratar de abarcar todos los agentes causales en un solo manual, por lo que está planeada una segunda parte que complete la mayor parte de los agentes que con más frecuencia se enfrentan en la práctica diaria profesional.
Contenido
Prólogo
Héctor Manuel Montiel Falcón
Introducción
Celso Montoya González
Abordaje inicial del paciente intoxicado. Alonso Alfredo Cano Esquivel
Estudio de los tóxicos en el organismo. Arturo J. Fuentes Gómez
Intoxicaciones por sustancias de libre acceso al público. Ximena Ochoa Morales, María Fernanda Márquez Barba
Drogas recreativas. Enrique E. Olaya López, Cecilia Rodríguez Zárate, Alonso González Ares
Intoxicaciones por plantas. David González Kladiano, Mitzi Anaid Pomposo Espíndola
Intoxicación por plaguicidas. Jorge Fernando Miño Bernal
Intoxicación por alcoholes e hidrocarburos. Karla Hernández Franco
Intoxicaciones con productos en el hogar y asfixiantes. Israel Sefchovich Chartarifsky
Envenenamiento por animales ponzoñosos. Juan Antonio Pérez Cervantes
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